17Mas no tienen raíz en sí, antes son temporales, que en levantándose la tribulación ó la persecución por causa de la palabra, luego se escandalizan.
18Y éstos son los que son sembrados entre espinas: los que oyen la palabra;
19Mas los cuidados de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias que hay en las otras cosas, entrando, ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
20Y éstos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra, y la reciben, y hacen fruto, uno á treinta, otro á sesenta, y otro á ciento.
21También les dijo: ¿Tráese la antorcha para ser puesta debajo del almud, ó debajo de la cama? ¿No es para ser puesta en el candelero?
22Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado, ni secreto que no haya de descubrirse.
23Si alguno tiene oídos para oir, oiga.
24Les dijo también: Mirad lo que oís: con la medida que medís, os medirán otros, y será añadido á vosotros los que oís.
25Porque al que tiene, le será dado; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
26Decía más: Así es el reino de Dios, como si un hombre echa simiente en la tierra;
27Y duerme, y se levanta de noche y de día, y la simiente brota y crece como él no sabe.
28Porque de suyo fructifica la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga;
29Y cuando el fruto fuere producido, luego se mete la hoz, porque la siega es llegada.
30Y decía: ¿A qué haremos semejante el reino de Dios? ¿ó con qué parábola le compararemos?
31Es como el grano de mostaza, que, cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de todas las simientes que hay en la tierra;
32Mas después de sembrado, sube, y se hace la mayor de todas las legumbres, y echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo puedan morar bajo su sombra.
33Y con muchas tales parábolas les hablaba la palabra, conforme á lo que podían oir.
34Y sin parábola no les hablaba; mas á sus discípulos en particular declaraba todo.
35Y les dijo aquel día cuando fué tarde: Pasemos de la otra parte.