1Subiré a mi torre de vigilancia y ocuparé mi lugar en la muralla de la ciudad. Vigilaré y veré qué me va a decir, y cómo responderá a mis quejas.
2Entonces el Señor me dijo: Escribe la visión, escríbela en tablas para que puedan leerla fácilmente.
3Porque la visión es para un tiempo futuro. Es sobre el fin y no miente. ¡Si parece demorarse en su cumplimiento, espera, porque sin duda llegará y no tardará!
4¡Mira a los orgullosos! No viven con rectitud. Pero los que viven con rectitud lo hacen mediante su confianza en Dios.
5Además, la riqueza no brinda seguridad. Los arrogantes nunca tienen paz. Sus bocas codiciosas están abiertas como una tumba, y como la muerte nunca están satisfechos. Reúnen a las naciones como su fueran su propiedad, tragándose muchos pueblos.
6¿Acaso no se burlarán de todos estos pueblos? Los ridiculizarán diciéndoles: “¡Grande es el desastre que viene sobre ustedes los que amontonan cosas que no les pertenecen! ¡Se enriquecen ibligando a sus deudores a pagar! ¿Hasta cuándo podrás seguir haciendo esto?”
7¿Acaso crees que tus deudores no harán nada? ¿Acaso no aprovecharán la situación para hacerte temblar? ¡Serás saqueado por ellos!
8Y como has saqueado a muchas naciones, los que quedan te saquearán a ti, por la sangre humana que has derramado y la destrucción que has causado en las naciones y ciudades, y en los que allí habitaban.
9¡Grande es el desastre que viene sobre ti, que construyes casas con ganancias deshonestas! Tú crees que puedes poner tu “nido” muy alto y que estarás seguro del desastre.
10Tus planes malvados han traído vergüenza sobre tus familias, y al destruir muchas naciones has perdido la vida de los tuyos.
11Hasta las piedras en la pared gritan en medio de su condena, y las vigas de madera se les unen.
12¡Grande es el desastre que viene sobre ti, que construyes ciudades con derramamiento de sangre, y fundas naciones sobre los pilares de la maldad!
13¿No ha decidido el Señor que tales naciones serán destruidas con fuego y que tales naciones se desgastan trabajando por nada?
14Por que la tierra será llena del conocimiento de la gloria del Señor así como las aguas llenan el mar.
15¡Grande es el desastre que viene sobre ti, que emborrachas a tus vecinos! Tú fuerzas tu copa de ira sobre ellos y los haces beber para ver su desnudez.
16En tu momento te llenarás de vergüenza en lugar de gloria. Bebe tú mismo y expón tu desnudez! La copa que el Señor sostiene en su mano derecha te será entregada y tu gloria se convertirá en vergüenza.
17Así como destruíste los bosques del Líbano, también serás destruido; cazaste a los aniumales allí y ahora ellos te cazarán a ti. Porque derramaste sangre humana y destruiste naciones y ciudades con sus habitantes.
18¿De qué sirve un ídolo de madera tallado con manos humanas, o una imagen de metal que enseña mentira? ¿De qué sirve que sus creadores confíen en su propia obra, creando ídolos que no pueden habla?
19Grande es el desastre que viene sobre ti, que le dices a un objeto de madera: “¡Levántate!” o a una piedra inerte: “¡Ponte de pie!” ¿Puede acaso enseñarte algo? ¡Míralo! Está cubierto en oro y plata, pero no hay vida en su interior.
20Pero el Señor está en su santo templo. Que toda la tierra calle ante su presencia.