4Muéstrame tus caminos, Señor; enséñame a seguir tus pasos.
5Guíame en tu verdad y enséñame, Porque tú eres el Dios de mi salvación. Todo el día pongo mi confianza en ti.
6Recuerda, Señor, que tu compasión y tu amor inefable son eternos.
7Por favor, no recuerdes los pecados de mi juventud cuando me rebelé contra ti. En vez de eso, recuérdame conforme tu amor inquebrantable, recuérdame con bondad, Señor.
8El Señor es bueno y recto. Por eso muestra el camino a los que están perdidos.
9Él guía a los humildes para hacer lo que es correcto, enseñándoles su camino.
10Los caminos del Señor son de verdad y amor para los que cumplen sus acuerdo y siguen sus mandamientos.
11Señor, por quien tú eres, perdona la multitud de mis pecados.
12¿Quiénes son los que respetan al Señor? Él les mostrará el camino a elegir.
13Ellos continuarán siendo prósperos, y sus descendientes heredarán la tierra.
14El Señor es amigo de quienes lo respetan, y les explica su acuerdo.
15Siempre miro al Señor, porque Él me rescató cuando estaba atrapado.
16Mírame y sé bueno conmigo, porque estoy solo y sufriendo.
17Mis problemas se vuelven cada vez más grandes. Por favor sálvame de esto que estoy viviendo.
18Mira todas mis pruebas y mis problemas. Por favor perdona mis pecados.
19¡Mira cuántos enemigos tengo, y cuánto me odian!
20¡Por favor, mírame y sálvame! No dejes que sea humillado, porque eres el único que me protege.