7Mantente en la presencia de Dios y espera pacientemente en él. No te angusties por la gente que prospera mientras hacen lo malo.
8¡Deja tu ira! ¡Deja ir tu enojo! ¡No te molestes, eso solo resultará en mal para ellos!
9Porque los malvados serán destruidos, y los que confían en el Señor tomarán posesión de la tierra prometida.
10Dentro de poco los malos no existirán más, y aunque los busques no los encontrarás.
11Los humildes heredarán la tierra; vivirán allí felizmente, en paz y prosperidad.
12Los malos conspiran contra los que hacen el mal, rechinando sus dientes sobre ellos.
13Pero el Señor se ríe de ellos, porque ve cercano su día de juicio.
14Los malos sacan sus espadas y tensan sus arcos para destruir a los pobres y necesitados, para matar a los que viven con rectitud.
15Pero las espadas de los malvados atravesarán sus propios corazones, y sus arcos se romperán.
16Es mejor hacer lo correcto y tener solo un poco, que hacer el mal y ser rico.
17Porque el poder de los malos se romperá, pero el Señor ayuda a los que viven en rectitud.
18El Señor ve lo que le sucede a los inocentes y les garantiza una herencia eterna.
19No serán humillados en los malos tiempos; incluso en días de hambruna tendrán mucho que comer.
20Pero los malos morirán. Los enemigos del Señor son como las flores en el que campo que se desvanecen como el humo.
21Los malvados prestan, pero no pagan; mientras que aquellos que son rectos dan generosamente.
22Aquellos que son bendecidos por el Señor heredarán la tierra prometida, pero a los que maldice morirán.
23El Señor les muestra el camino correcto a sus seguidores, y se alegra con su modo de vivir.