2Sea enderezada mi oración delante de ti como un perfume, el don de mis manos como la ofrenda de la tarde.
3Pon, oh Jehová, guarda á mi boca: guarda la puerta de mis labios.
4No dejes se incline mi corazón á cosa mala, á hacer obras impías con los que obran iniquidad, y no coma yo de sus deleites.
5Que el justo me castigue, será un favor, y que me reprenda será un excelente bálsamo que no me herirá la cabeza: así que aun mi oración tendrán en sus calamidades.
6Serán derribados en lugares peñascosos sus jueces, y oirán mis palabras, que son suaves.
7Como quien hiende y rompe la tierra, son esparcidos nuestros huesos á la boca de la sepultura.