9Y la mujer Samaritana le dice: ¿Cómo tú, siendo Judío, me pides á mí de beber, que soy mujer Samaritana? porque los Judíos no se tratan con los Samaritanos.
10Respondió Jesús y díjole: Si conocieses el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber: tú pedirías de él, y él te daría agua viva.
11La mujer le dice: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo: ¿de dónde, pues, tienes el agua viva?
12¿Eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dió este pozo, del cual él bebió, y sus hijos, y sus ganados?
13Respondió Jesús y díjole: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá á tener sed;
14Mas el que bebiere del agua que yo le daré, para siempre no tendrá sed: mas el agua que yo le daré, será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
15La mujer le dice: Señor, dame esta agua, para que no tenga sed, ni venga acá á sacarla.
16Jesús le dice: Ve, llama á tu marido, y ven acá.
17Respondió la mujer, y dijo: No tengo marido. Dícele Jesús: Bien has dicho, No tengo marido;
18Porque cinco maridos has tenido: y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad.
19Dícele la mujer: Señor, paréceme que tú eres profeta.