6Pero yo soy un gusano, no un hombre, despreciado y ridiculizado por todos.
7La gente que me ve se burla de mí. Se ríen y agitan sus cabezas diciendo:
8“Él confía en el Señor—¡Bueno, entonces deja que el Señor lo salve! ¡Si el Señor es tan buen amigo, deja que el Señor lo rescate!”
9Sin embargo, me trajiste a salvo desde mi nacimiento, y me guiaste para confiar en ti desde el seno de mi madre.
10Confié en ti desde el nacimiento; desde el momento en que fui dado a luz tú fuiste mi Dios.
11No te distancies de mí, porque los problemas siempre están cerca y no hay nadie más que pueda ayudarme.
12Los enemigos me rodean como una manada de toros; fuertes toros de Basán me han acorralado.
13Como leones rugientes desgarrando a sus presas abren la boca contra mí.
14Siento que soy vertido como agua. Me desplomo como si todos mis huesos se hubieran aflojado. Mi corazón es como cera que se derrite dentro de mí.
15Mi fuerza se ha secado como un trozo de arcilla rota. Mi lengua se está pegando al techo de mi boca. Me entierras como si ya estuviera muerto.