2Porque te doy una buena enseñanza; no renuncies al conocimiento que recibes de mí.
3Porque yo era un hijo para mi padre, un gentil y único para mi madre.
4Y me dio enseñanza, diciéndome: Guarda mis palabras en tu corazón; guarda mis reglas para que puedas tener vida:
5Obtén sabiduría, obtén verdadero conocimiento; guárdelo en la memoria, no se aparte de las palabras de mi boca.
6No la abandones, y ella te guardará; dale tu amor, y ella te hará a salvo.
7El primer signo de sabiduría es obtener sabiduría; ve, da todo lo que tienes para obtener el verdadero conocimiento.
8Ponla en un lugar alto, y serás levantado por ella; Ella te dará honor cuando le des tu amor.
9Ella pondrá una corona de gracia en tu cabeza, dándote un tocado de gloria.
10Escucha, hijo mío, y deja que tu corazón se abra a mis palabras; y larga vida será tuya.
11Te he dado la enseñanza en el camino de la sabiduría, guiando tus pasos en el camino recto.
12Cuando vayas, tu camino no será estrecho, y al correr no tendrás una caída.
13Toma el aprendizaje en tus manos, no la dejes ir: mantenla, porque ella es tu vida.