5Se lo dio a José como testigo cuando salió a la tierra de Egipto; entonces las palabras de una extraña lengua sonaban en mis oídos.
6Bajé el peso de su espalda; sus manos se hicieron libres de las cestas.
7Tú soltaste un grito en tu tribulación, y yo te hice libre; Te di una respuesta en el lugar secreto del trueno; Te puse a prueba en las aguas de Meribah. Selah.
8Escucha, pueblo mío, y te daré mi palabra, oh Israel, si solo haces lo que digo.
9No habrá ningún dios extraño entre ustedes; no debes rendir culto a ningún otro dios.
10Yo soy el Señor tu Dios, que te subío de la tierra de Egipto; abre tu boca, para que yo te dé de comer.
11Pero mi pueblo no escuchó mi voz; Israel no quiso obedecerme, nada que ver conmigo.
12Así que los entregué a los deseos de sus corazones; para que puedan ir tras sus malvados propósitos.
13Si tan solo mi gente me escuchara, caminando en mis caminos!