10Yo soy el Señor tu Dios, que te subío de la tierra de Egipto; abre tu boca, para que yo te dé de comer.
11Pero mi pueblo no escuchó mi voz; Israel no quiso obedecerme, nada que ver conmigo.
12Así que los entregué a los deseos de sus corazones; para que puedan ir tras sus malvados propósitos.