48Dejó su ganado a merced del granizo y sus animales fueron destruidos por relámpagos.
49Envió sobre ellos su ira feroz: Rabia, hostilidad y agonía. Por ello envió un grupo de ángeles destructores.
50Desató su ira sobre ellos y no los salvó de la muerte, sino que los dejó morir por causa de esta plaga.
51Entonces mató al hijo mayor de cada familia en Egipto, todos los que habían sido concebidos como primogénitos en las carpas de Ham.
52Pero a su pueblo guió como ovejas, y los condujo como un rebaño en el desierto.
53Los llevó a un lugar seguro, y no tuvieron nada que temer. Ahogó a sus enemigos en el mar.
54Los llevó hasta la frontera de su tierra santa, a esta tierra montañosa que había conquistado para ellos.
55A las naciones infieles las expulsaba a su paso. Dividió la tierra para que la hicieran suya. Estableció las tribus de Israel en sus carpas.
56Pero ellos siguieron provocando al Altísimo, siendo rebeldes contra él. No siguieron sus enseñanzas.
57Así como sus antiguos padres se alejaron de Dios y fueron infieles a él, tan torcidos como un arco doblado que no sirve.
58Provocaron su ira con sus altares paganos y despertaron su celo con sus ídolos.
59Cuando Dios escuchó que adoraban a otros dioses se enfureció y rechazó por completo a Israel.
60Entonces abandonó su lugar en Siloé, el Tabernáculo en el que vivía en medio del pueblo.
61Además entregó el arca de su poder, dejando que manos enemigas la tomaran.
62Entregó a su pueblo y permitió que lo masacraran a espada, pues estaba furioso con su pueblo escogido.
63Sus hombres más jóvenes fueron quemados, y las mujeres jóvenes no lograron cantar sus cánticos de bodas.
64Sus sacerdotes fueron asesinados con espadas y sus viudas no pudieron hacer duelo por ellos.
65Entonces el Señor reaccionó como si hubiera despertado del sueño, como un guerrero que se despierta después de embriagarse con vino.
66Venció a sus enemigos, atacándolos por la espalda y exponiéndolos a vergüenza eterna.
67Rechazó a los descendientes de José y no elegió más a la tribu de Eraín.
68En su lugar eligió a la tribu de Judá y al Monte de Sión, al cual amaba.
69Allí construyó su santuario, tan alto como el cielo, y lo puso allí en esa tierra para que existiera eternamente.