1Oh Dios, que la voz de mi dolor llegue a tu oído: aparta mi vida del temor de los que están contra mía.
2Manténme a salvo del propósito secreto de los malhechores; de la banda de los que hacen iniquidad;
3que hacen afilar sus lenguas como espada, lanzan cual flechas suya, palabras amargas;
4Para que en secreto puedan lanzar sus flechas al inocente de repente, sin temor y sin ser vistos.
5Se hacen fuertes en un mal propósito; hacen agujeros para redes secretas; ellos dicen: ¿Quién los verá?
6¿O hacer un descubrimiento de nuestro propósito secreto? El diseño está enmarcado con cuidado; y el pensamiento interno de un hombre, y su corazón, es profundo.