13Pero eras tú, mi igual, mi guía, y mi familiar.
14Tuvimos charla amorosa juntos, y fuimos a la casa de Dios en compañía.
15Dejad que la mano de la muerte venga sobre ellos de repente, y que bajen viviendo en el inframundo; porque el mal está en sus casas y en sus corazones.
16En cuanto a mí, haré mi oración a Dios, y él será mi salvador.
17En la tarde, en la mañana y en medio del día, haré mi oración con sonidos de dolor; y mi voz llegará a sus oídos.
18En las batallas librará mi vida del ataque que se hizo contra mí, y me dio paz; aunque contra mí haya muchos.
19Dios los oirá; y los quebrantará luego, el que desde los primeros tiempos permanece; les enviará dolor y problemas. Selah. Debido a que no han cambiado, ni temen a Dios.
20Extendió su mano él inicuo contra los que estaban en paz con él; él no ha mantenido su acuerdo.