2Permita que mi oración sea como dulce aroma; y que la elevación de mis manos sea como la ofrenda de la tarde.
3Oh Señor, vigila mi boca; guarda la puerta de mis labios.
4Guarda mi corazón de desear cualquier cosa mala, o de tomar parte en los pecados de los malhechores con los hombres que hacen mal; y no me dejes participar en banquete de malhechores.