51Mas esto no lo dijo de sí mismo; sino que, como era el sumo pontífice de aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación:
52Y no solamente por aquella nación, mas también para que juntase en uno los hijos de Dios que estaban derramados.
53Así que, desde aquel día consultaban juntos de matarle.