4Mas el vulgo de la ciudad estaba dividido; y unos eran con los Judíos, y otros con los apóstoles.
5Y haciendo ímpetu los Judíos y los Gentiles juntamente con sus príncipes, para afrentarlos y apedrearlos,
6Habiéndolo entendido, huyeron á Listra y Derbe, ciudades de Licaonia, y por toda la tierra alrededor.
7Y allí predicaban el evangelio.
8Y un hombre de Listra, impotente de los pies, estaba sentado, cojo desde el vientre de su madre, que jamás había andado.
9Este oyó hablar á Pablo; el cual, como puso los ojos en él, y vió que tenía fe para ser sano,
10Dijo á gran voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y saltó, y anduvo.
11Entonces las gentes, visto lo que Pablo había hecho, alzaron la voz, diciendo en lengua licaónica: Dioses semejantes á hombres han descendido á nosotros.
12Y á Bernabé llamaban Júpiter, y á Pablo, Mercurio, porque era el que llevaba la palabra.
13Y el sacerdote de Júpiter, que estaba delante de la ciudad de ellos, trayendo toros y guirnaldas delante de las puertas, quería con el pueblo sacrificar.