10Pero tú me has hecho tan fuerte como un toro salvaje; me has ungido con el mejor aceite.
11Mis ojos se placen al ver a mis enemigos derrotados; mis oído han escuchado sobre la caída de aquellos que me atacaban.
12Los que viven con rectitud florecerán como árbol de palma; crecerán tan alto como un cedro en el Líbano.