29Su simiente guardará su lugar para siempre; su reino será eterno, como los cielos.
30Si sus hijos renuncian a mi ley, y no se rigen por mis decisiones;
31Si mis reglas están rotas, y mis órdenes no se cumplen;
32Entonces les enviaré castigo por su pecado; mi vara será la recompensa de su maldad.
33Pero no quitaré mi misericordia de él, ni faltaré a mi fidelidad hacia el.
34Seré fiel a mi pacto; las cosas que salieron de mis labios no serán cambiadas.
35He jurado una vez por mi santo nombre, que no seré falso con David.
36Su simiente no se acabará para siempre; el asiento de su reino será como el sol delante de mí.
37Será fijado para siempre como la luna; y el testigo en el cielo es verdad. Selah.
38Pero lo has dejado desechado y menospreciado; has estado enojado con el rey de tu selección.
39Has hecho que tú acuerdo con tu sirviente no tenga ningún efecto: no has tenido respeto por su corona, ha bajado hasta la tierra.
40Todas sus paredes están rotas; has dado sus fuertes torres a la destrucción.
41Todos los que vienen se llevan sus bienes; sus vecinos se ríen.
42Has dado poder a la diestra de sus enemigos; has alegrado a todos los que están contra él.
43Le quitaste el filo a su espada; no has sido su apoyo en la pelea.
44Has puesto fin a su gloria: el asiento de su reino ha sido nivelado a la tierra.
45Lo has hecho viejo antes de su tiempo; él está cubierto de vergüenza. Selah.
46¿Hasta cuándo, Oh Señor?, te esconderás para siempre de nuestros ojos? ¿Hasta cuándo se encenderá tu ira como el fuego?
47Vea cuán corto es mi tiempo; ¿Por qué has hecho a todos los hombres sin ningún propósito?
48¿Qué hombre que ahora vive no verá la muerte? ¿Podrá retener su alma del inframundo? Selah.
49Señor, ¿dónde están tus primeras misericordias? ¿Dónde está el juramento que le hiciste a David en fe inmutable?
50Ten en cuenta, oh Señor, la vergüenza de tus siervos, y cómo las amargas palabras de todo el pueblo llevo en mi corazón;
51Las palabras amargas de tus enemigos, oh Señor, avergonzado los pasos de tu rey.