2Para que no destruyan mi alma como un león, y me despedacen, sin quien haya quien me salve.
3Oh Señor mi Dios, si he hecho esto; si mis manos han hecho algo mal;
4Si he devuelto el mal al que estaba en paz conmigo, o si he tomado algo del que estuvo en mi contra sin causa;
5Deja que mi enemigo vaya tras mi alma y la tome; deja que mi vida sea arrastrada en la tierra y mi honor en el polvo. (Selah)
6Levántate, Señor, en tu ira; se levantado contra mis enemigos; Y despierta en favor mío el juicio que mandaste.
7La reunión de las naciones te rodeará; toma tu trono, entonces, sobre ellos, en lo alto.