6Porque nadie, ni en el este o en el oeste, o incluso en el desierto debe pensar de sí mismo con justicia.
7Dios es el que decide quién se levantará y quién caerá.
8Porque el Señor tiene una copa en su mano, llena de vino espumoso mezclado con especias. Él vierte el vino, y todos los malvados lo beberán, hasta la última gota.
9Pero yo hablaré de ti para siempre. Cantaré alabanzas al Dios de Jacob.