6Por ti he sido sustentado desde el vientre: de las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacaste: de ti será siempre mi alabanza.
7Como prodigio he sido á muchos; y tú mi refugio fuerte.
8Sea llena mi boca de tu alabanza, de tu gloria todo el día.
9No me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabare, no me desampares.
10Porque mis enemigos han tratado de mí; y los que acechan mi alma, consultaron juntamente,
11Diciendo: Dios lo ha dejado: perseguid y tomadle, porque no hay quien le libre.
12Oh Dios, no te alejes de mí: Dios mío, acude presto á mi socorro.
13Sean avergonzados, fallezcan los adversarios de mi alma; sean cubiertos de vergüenza y de confusión los que mi mal buscan.