8Por tanto los habitadores de los fines de la tierra temen de tus maravillas. Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde.
9Visitas la tierra, y la riegas: en gran manera la enriqueces con el río de Dios, lleno de aguas: preparas el grano de ellos, cuando así la dispones.
10Haces se empapen sus surcos, haces descender sus canales: ablándasla con lluvias, bendices sus renuevos.
11Tú coronas el año de tus bienes; y tus nubes destilan grosura.
12Destilan sobre las estancias del desierto; y los collados se ciñen de alegría.
13Vístense los llanos de manadas, y los valles se cubren de grano: dan voces de júbilo, y aun cantan.