4Inclinaré al proverbio mi oído; y diré mi secreto al son del arpa.
5¿Por qué tengo miedo en los días del mal, cuando la maldad de los que maquinan contra mi. me rodeare?
6Incluso de aquellos cuya confianza está en sus riquezas, y cuyos corazones se enaltecen por sus riquezas.
7En verdad, nadie puede recuperar su alma por un precio, ni darle a Dios el pago por sí mismo;
8(Porque toma un gran precio mantener su alma alejada de la muerte, y el hombre no puede dársela).