1Bendeciré al Señor en todo momento; su alabanza estará siempre en mi boca.
2Mi alma dirá grandes cosas del Señor: los mansos lo oirán, lo conocerán y se alegrarán.
3¡Alaban al Señor conmigo! Exaltemos juntos su gran nombre.
4Estaba buscando al Señor, y él escuchó mi voz y me liberó de todos mis temores.
5Los que vuelven sus ojos hacia él y quedan radiantes de alegría, y sus rostros no serán avergonzado.
6Este pobre gritó delante del Señor, le oyó, y le dio la salvación de todos sus problemas.
7El ángel del Señor velará siempre a los que le temen, para que estén a salvo.
8Prueben, verán que el Señor es bueno; Feliz es el hombre que confía en él.
9Honren a Jehová, todos ustedes sus santos; para aquellos que lo hagan no tendrán necesidad de nada.
10Los leoncillos están necesitados y no tienen comida; pero aquellos que buscan al Señor tendrán todo lo bueno.
11Vengan, niños, presten atención a mí; Seré tu maestro en el temor del Señor.
12¿Qué hombre tiene amor por la vida, y un deseo de que sus días se incrementen para que pueda ver el bien?