55Por la noche pienso en quien tú eres, Señor, y hago tu voluntad.
56Porque vivo siguiendo tus principios.
57Señor, ¡tú eres mío! He prometido hacer tu voluntad.
58Mi ser entero anhela tu bendición. Por favor, sé bondadoso conmigo, como me lo has prometido.
59Al reflexionar sobre mi vida, vuelvo a decidir seguir tus enseñanzas.
60Me apresuro a cumplir tus mandamientos sin vacilar.