8Hijo mío, presta oído al entrenamiento de tu padre, y no abandones la enseñanza de tu madre:
9Porque serán corona de gracia para tu cabeza, y adornos de cadenas alrededor de tu cuello.
10Hijo mío, si los pecadores te sacarán del camino correcto, no vayas con ellos.
11Si dicen: Ven con nosotros; hagamos designios contra el bien, esperando en secreto a los rectos, sin causa;