2El corazón del sabio está á su mano derecha; mas el corazón del necio á su mano izquierda.
3Y aun mientras va el necio por el camino, fáltale su cordura, y dice á todos, que es necio.
4Si el espíritu del príncipe se exaltare contra ti, no dejes tu lugar; porque la lenidad hará cesar grandes ofensas.
5Hay un mal que debajo del sol he visto, á manera de error emanado del príncipe:
6La necedad está colocada en grandes alturas, y los ricos están sentados en lugar bajo.
7Vi siervos en caballos, y príncipes que andaban como siervos sobre la tierra.
8El que hiciere el hoyo caerá en él; y el que aportillare el vallado, morderále la serpiente.
9El que mudare las piedras, trabajo tendrá en ellas: el que cortare la leña, en ella peligrará.
10Si se embotare el hierro, y su filo no fuere amolado, hay que añadir entonces más fuerza: empero excede la bondad de la sabiduría.
11Muerde la serpiente cuando no está encantada, y el lenguaraz no es mejor.