9No necesito toros de sus graneros ni cabras de sus corrales,
10porque míos son todos los animales del bosque, y el ganado de miles de cerros me pertenece.
11Conozco a cada pájaro de la montaña; todas las cosas vivientes en los campos son mías.
12Si estuviera hambriento, no te lo diría, porque la tierra y todo lo que hay en ella es mío.
13¿Me como yo la carne de los toros y bebo la sangre de las cabras?
14Den ofrendas de agradecimiento a Dios; mantengan las promesas que le hicieron al Altísimo,
15y llámenme cuando estén en problemas. Los rescataré, y me agradecerán.”