8¡Deja tu ira! ¡Deja ir tu enojo! ¡No te molestes, eso solo resultará en mal para ellos!
9Porque los malvados serán destruidos, y los que confían en el Señor tomarán posesión de la tierra prometida.
10Dentro de poco los malos no existirán más, y aunque los busques no los encontrarás.
11Los humildes heredarán la tierra; vivirán allí felizmente, en paz y prosperidad.
12Los malos conspiran contra los que hacen el mal, rechinando sus dientes sobre ellos.
13Pero el Señor se ríe de ellos, porque ve cercano su día de juicio.
14Los malos sacan sus espadas y tensan sus arcos para destruir a los pobres y necesitados, para matar a los que viven con rectitud.
15Pero las espadas de los malvados atravesarán sus propios corazones, y sus arcos se romperán.
16Es mejor hacer lo correcto y tener solo un poco, que hacer el mal y ser rico.