7Todos los que me ven, escarnecen de mí; estiran los labios, menean la cabeza, diciendo:
8Remítese á Jehová, líbrelo; sálvele, puesto que en él se complacía.
9Empero tú eres el que me sacó del vientre, el que me haces esperar desde que estaba á los pechos de mi madre.
10Sobre ti fuí echado desde la matriz: desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.
11No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; porque no hay quien ayude.
12Hanme rodeado muchos toros; fuertes toros de Basán me han cercado.
13Abrieron sobre mí su boca, como león rapante y rugiente.
14Heme escurrido como aguas, y todos mis huesos se descoyuntaron: mi corazón fué como cera, desliéndose en medio de mis entrañas.
15Secóse como un tiesto mi vigor, y mi lengua se pegó á mi paladar; y me has puesto en el polvo de la muerte.
16Porque perros me han rodeado, hame cercado cuadrilla de malignos: horadaron mis manos y mis pies.
17Contar puedo todos mis huesos; ellos miran, considéranme.
18Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.
19Mas tú, Jehová, no te alejes; fortaleza mía, apresúrate para mi ayuda.
20Libra de la espada mi alma; del poder del perro mi única.