2Dios mío, cada día lloro y clamo a ti, pero no me respondes. En la noche también, pero no concilio el descanso.
3Sin embargo, eres santo, y las alabanzas de Israel son tu trono.
4Nuestros antepasados confiaron en ti. Confiaron y tú los rescataste.
5Clamaron por tu ayuda, y fueron salvos. Confiaron en ti y no fueron derrotados.
6Pero yo soy un gusano, no un hombre, despreciado y ridiculizado por todos.