88Por tu amor incondicional, Señor, no me dejes morir, para poder seguir andando según las enseñanzas que me has dado.
89Señor, tu palabra permanece para siempre, y se mantiene firme en los cielos.
90Tu fidelidad se extiende por generaciones, y es tan permanente como la tierra que tú creaste.
91Tus juicios siguen vigentes —aun hasta hoy—porque todo sirve a tu voluntad.
92Si no fuera porque amo tus enseñanzas, mi sufrimiento me habría matado.
93Nunca olvidaré tus instrucciones, porque a través de ellas me das vida.
94Soy tuyo, Señor. ¡Sálvame! Sabes que con devoción sigo tus principios.
95Aunque los malvados están esperando para tomarme por sorpresa y matarme, mantendré mi pensamiento enfocado en tus enseñanzas.