52Medito en las instrucciones que nos diste hace mucho tiempo, Señor, y me proporcionan seguridad.
53Me enojo con los malvados porque ellos han rechazado tu ley.
54Tus enseñanzas son música a mis oídos en todo lugar donde habito.
55Por la noche pienso en quien tú eres, Señor, y hago tu voluntad.
56Porque vivo siguiendo tus principios.
57Señor, ¡tú eres mío! He prometido hacer tu voluntad.
58Mi ser entero anhela tu bendición. Por favor, sé bondadoso conmigo, como me lo has prometido.
59Al reflexionar sobre mi vida, vuelvo a decidir seguir tus enseñanzas.
60Me apresuro a cumplir tus mandamientos sin vacilar.
61Aún cuando los malvados traten de ponerme de su parte, no olvidaré tus enseñanzas.
62De noche despierto para agradecerte porque tu ley es buena.
63Me agradan los que te siguen, los que hacen tu voluntad.
64Señor, tú amas a todos los habitantes de la tierra, pero a mi muéstrame tu voluntad.