9El ungüento y el perfume alegran el corazón: y el amigo al hombre con el cordial consejo.
10No dejes á tu amigo, ni al amigo de tu padre; ni entres en casa de tu hermano el día de tu aflicción: mejor es el vecino cerca que el hermano lejano.
11Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón, y tendré qué responder al que me deshonrare.
12El avisado ve el mal, y escóndese; mas los simples pasan, y llevan el daño.
13Quítale su ropa al que fió al extraño; y al que fió á la extraña, tómale prenda.
14El que bendice á su amigo en alta voz, madrugando de mañana, por maldición se le contará.