12El recto, observa la casa del malhechor, permite que los pecadores sean derrocados para su destrucción.
13Aquel cuyos oídos se detienen al grito de los pobres, él mismo no recibirá respuesta a su grito de ayuda.
14Por una ofrenda secreta se aparta la ira, y el calor de los sentimientos de enojo por el dinero en los pliegues de la túnica.
15Es un placer para el hombre bueno hacer lo correcto, pero es destrucción para los trabajadores del mal.
16El vagabundo del camino del conocimiento tendrá su lugar de descanso entre los muertos.
17El amante del placer será un hombre pobre: el amante del vino y el aceite no obtendrá riqueza.
18El malhechor será dado como precio por la vida del hombre bueno, y el trabajador del engaño en el lugar del recto.
19Es mejor vivir en él desierto, que con una mujer de lengua amargada y enojada.
20Hay una tienda de gran valor en la casa de los sabios, pero es desperdiciada por el hombre necio.