24Los pasos de un hombre son del Señor; ¿cómo puede entonces un hombre tener conocimiento de su camino?
25Es un peligro para un hombre decir sin pensar, es santo y, después de tomar su juramento, cuestionarse si es necesario guardarlo.
26Un rey sabio echa a los malhechores y hace que su maldad vuelva a ellos.