32Y la tierra, abriendo su boca, los recibió con sus familias y con todos los hombres que se habían unido a Coré y sus bienes.
33Así que ellos y todos los suyos descendieron viviendo en el inframundo, y la tierra se cerró sobre ellos, y fueron separados de la reunión de la gente.
34Y todo Israel alrededor de ellos huyó a su clamor. Por temor, dijeron ellos, que la tierra nos trague también a nosotros.
35Luego salió fuego del Señor, que quemó a los doscientos cincuenta hombres que ofrecían el incienso.