6Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
7No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer otra vez.
8El viento de donde quiere sopla, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni á dónde vaya: así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
9Respondió Nicodemo, y díjole: ¿Cómo puede esto hacerse?
10Respondió Jesús, y díjole: ¿Tú eres el maestro de Israel, y no sabes esto?
11De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio.
12Si os he dicho cosas terrenas, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?
13Y nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre, que está en el cielo.
14Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado;
15Para que todo aquel que en él creyere, no se pierda, sino que tenga vida eterna.
16Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
17Porque no envió Dios á su Hijo al mundo para que condene al mundo, mas para que el mundo sea salvo por él.