9Y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando con la fe sus corazones.
10Ahora pues, ¿por qué tentáis á Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos yugo, que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?
11Antes por la gracia del Señor Jesús creemos que seremos salvos, como también ellos.
12Entonces toda la multitud calló, y oyeron á Bernabé y á Pablo, que contaban cuán grandes maravillas y señales Dios había hecho por ellos entre los Gentiles.