27Porque los hombres de Jerusalén y sus gobernantes, que no tenían conocimiento de él, ni de las palabras de los profetas que les llegaban a oídos el día de reposo, les dieron efecto al juzgarlo.
28Y aunque no se vio en él causa de muerte, le pidieron a Pilato que lo matara.
29Y cuando hubieron hecho todo lo que se dice en las Escrituras acerca de él, lo bajaron del madero y lo enterraron.
30Pero Dios lo levantó de entre los muertos.