4Tu cuello, como la torre de David, edificada para muestra; mil escudos están colgados de ella, todos escudos de valientes.
5Tus dos pechos, como dos cabritos mellizos de gama, que son apacentados entre azucenas.
6Hasta que apunte el día y huyan las sombras, iréme al monte de la mirra, y al collado del incienso.
7Toda tú eres hermosa, amiga mía, y en ti no hay mancha.
8Conmigo del Líbano, oh esposa, conmigo ven del Líbano: mira desde la cumbre de Amana, desde la cumbre de Senir y de Hermón, desde las guaridas de los leones, desde los montes de los tigres.
9Prendiste mi corazón, hermana, esposa mía; has preso mi corazón con uno de tus ojos, con una gargantilla de tu cuello.