Text copied!
Bibles in Spanish

Lucas 23:3-42 in Spanish

Help us?

Lucas 23:3-42 in La Biblia en Español Sencillo

3 Y Pilato le dijo: ¿Eres tú el Rey de los Judíos? Y él dijo en respuesta, tú lo dices.
4 Y Pilato dijo a los principales sacerdotes y al pueblo: En mi opinión, este hombre no ha hecho nada malo.
5 Pero se volvieron más violentos que antes, diciendo: Él ha causado problemas en el pueblo, enseñando en toda Judea desde Galilea hasta este lugar.
6 Pero al oír estas palabras Pilato dijo: ¿Es el hombre un galileo?
7 Y cuando vio que estaba bajo la autoridad de Herodes, lo envió a Herodes, que estaba en Jerusalén mismo en ese momento.
8 Cuando Herodes vio a Jesús, se alegró muchísimo, pues durante mucho tiempo había deseado verlo, porque había tenido noticias suyas, y esperaba ver algunas maravillas hechas por él.
9 Y le hizo muchas preguntas, pero no dijo nada.
10 Y los principales sacerdotes y los escribas estaban allí, haciendo declaraciones contra él violentamente.
11 Y Herodes, con los hombres de su ejército, lo avergonzó y se burló de él, y vistiéndolo con túnicas esplendidas, lo envió de regreso a Pilato.
12 Y aquel día, Herodes y Pilato se hicieron amigos, porque antes se habían enfrentado unos a otros.
13 Y Pilato mandó llamar a los principales sacerdotes, a los príncipes y al pueblo, y les dijo:
14 Ustedes dicen que este hombre ha estado alborotando al pueblo: ahora yo, después de entrar en la cuestión ante ustedes, no veo nada malo en este hombre en relación con las cosas que han dicho contra él:
15 Y Herodes es de la misma opinión, porque él lo ha enviado de regreso a nosotros; porque, como verán, él no ha hecho nada por lo que pueda matarlo.
16 Y entonces le daré un castigo y lo dejaré ir.
17 Porque estaba obligado que en el festival dejaría en libertad a un prisionero.
18 Pero a gran voz dijeron todos los demás: mata a este hombre y libera a Barrabás.
19 Ahora este hombre estaba en la cárcel a causa de un ataque contra el gobierno en la ciudad, en el que había habido pérdidas de vidas.
20 Y Pilato les volvió a decir que era su deseo dejar libre a Jesús.
21 Pero clamando, dijeron: crucifícale! crucifícale! Crucifícale!
22 Y él les dijo por tercera vez: ¿Por qué, qué mal ha hecho? No veo ninguna razón para matarlo: le daré un castigo y lo dejaré ir.
23 Pero ellos siguieron clamando en voz alta, crucifícale!. Y ellos se salieron con la suya.
24 Y Pilato dio su decisión por y les concedió su deseo.
25 Y en respuesta a su pedido, dejó libre a ese hombre que había estado en la cárcel por actuar contra el gobierno y homicidio, y entregó a Jesús a la voluntad de ellos.
26 Mientras se lo llevaban, tomaron a Simón de Cirene, que venía del campo, y lo obligaron a tomar la cruz en pos de Jesús.
27 Y un gran grupo de personas fue tras él, y de mujeres que hacían señales de dolor y llorando por él.
28 Pero Jesús, volviéndose a ellas, dijo: Hijas de Jerusalén, no lloren por mí sino lloren por ustedes mismas y por sus hijos.
29 Porque vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, que no han tenido hijos, cuyos cuerpos nunca han dado a luz, cuyos pechos nunca han dado leche.
30 Y dirán a los montes: Descienden sobre nosotros y a los collados, para que nos cubran.
31 Porque si hacen estas cosas cuando el árbol está verde, ¿qué no harán con él seco?
32 Y otros dos, malhechores, fueron llevados con él para crucificarlos.
33 Y cuando llegaron al lugar que se llama Gólgota, lo pusieron en la cruz, y los malhechores, uno a la derecha, y el otro a la izquierda.
34 Y Jesús dijo: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. E hicieron división de su vestimenta entre ellos por la decisión del azar.
35 Y la gente estaba mirando. Y los gobernantes se burlaban de él, diciendo: Él era un salvador de los demás; que haga algo por sí mismo, si él es el Cristo, el hombre escogido de Dios.
36 Y los hombres del ejército se burlaron de él, vinieron a él y le dieron vino amargo,
37 Y diciendo: Si eres el Rey de los judíos, libérate.
38 Y estas palabras fueron escritas sobre él, ESTE ES EL REY DE LOS JUDIOS.
39 Y uno de los malhechores en la cruz, con amargura, le dijo: ¿No eres tú el Cristo? Sálvate a ti y a nosotros de esto.
40 Pero el otro, protestando, dijo: ¿No tienes miedo de Dios? porque tú tienes parte en el mismo castigo,
41 Y con razón; porque tenemos la recompensa correcta de nuestros actos, pero este hombre no ha hecho nada malo.
42 Y él dijo a Jesús: acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.
Lucas 23 in La Biblia en Español Sencillo

San Lucas 23:3-42 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

3 Entonces Pilato le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los Judíos? Y respondiéndole él, dijo: Tú lo dices.
4 Y Pilato dijo á los príncipes de los sacerdotes, y á las gentes: Ninguna culpa hallo en este hombre.
5 Mas ellos porfiaban, diciendo: Alborota al pueblo, enseñando por toda Judea, comenzando desde Galilea hasta aquí.
6 Entonces Pilato, oyendo de Galilea, preguntó si el hombre era Galileo.
7 Y como entendió que era de la jurisdicción de Herodes, le remitió á Herodes, el cual también estaba en Jerusalem en aquellos días.
8 Y Herodes, viendo á Jesús, holgóse mucho, porque hacía mucho que deseaba verle; porque había oído de él muchas cosas, y tenía esperanza que le vería hacer alguna señal.
9 Y le preguntaba con muchas palabras; mas él nada le respondió:
10 Y estaban los príncipes de los sacerdotes y los escribas acusándole con gran porfía.
11 Mas Herodes con su corte le menospreció, y escarneció, vistiéndole de una ropa rica; y volvióle á enviar á Pilato.
12 Y fueron hechos amigos entre sí Pilato y Herodes en el mismo día; porque antes eran enemigos entre sí.
13 Entonces Pilato, convocando los príncipes de los sacerdotes, y los magistrados, y el pueblo,
14 Les dijo: Me habéis presentado á éste por hombre que desvía al pueblo: y he aquí, preguntando yo delante de vosotros, no he hallado culpa alguna en este hombre de aquéllas de que le acusáis.
15 Y ni aun Herodes; porque os remití á él, y he aquí, ninguna cosa digna de muerte ha hecho.
16 Le soltaré, pues, castigado.
17 Y tenía necesidad de soltarles uno en cada fiesta.
18 Mas toda la multitud dió voces á una, diciendo: Quita á éste, y suéltanos á Barrabás:
19 (El cual había sido echado en la cárcel por una sedición hecha en la ciudad, y una muerte.)
20 Y hablóles otra vez Pilato, queriendo soltar á Jesús.
21 Pero ellos volvieron á dar voces, diciendo: Crucifícale, crucifícale.
22 Y él les dijo la tercera vez: ¿Pues qué mal ha hecho éste? Ninguna culpa de muerte he hallado en él: le castigaré, pues, y le soltaré.
23 Mas ellos instaban á grandes voces, pidiendo que fuese crucificado. Y las voces de ellos y de los príncipes de los sacerdotes crecían.
24 Entonces Pilato juzgó que se hiciese lo que ellos pedían;
25 Y les soltó á aquél que había sido echado en la cárcel por sedición y una muerte, al cual habían pedido; y entregó á Jesús á la voluntad de ellos.
26 Y llevándole, tomaron á un Simón Cireneo, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús.
27 Y le seguía una grande multitud de pueblo, y de mujeres, las cuales le lloraban y lamentaban.
28 Mas Jesús, vuelto á ellas, les dice: Hijas de Jerusalem, no me lloréis á mí, mas llorad por vosotras mismas, y por vuestros hijos.
29 Porque he aquí vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no engendraron, y los pechos que no criaron.
30 Entonces comenzarán á decir á los montes: Caed sobre nosotros: y á los collados: Cubridnos.
31 Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué se hará?
32 Y llevaban también con él otros dos, malhechores, á ser muertos.
33 Y como vinieron al lugar que se llama de la Calavera, le crucificaron allí, y á los malhechores, uno á la derecha, y otro á la izquierda.
34 Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y partiendo sus vestidos, echaron suertes.
35 Y el pueblo estaba mirando; y se burlaban de él los príncipes con ellos, diciendo: A otros hizo salvos: sálvese á sí, si éste es el Mesías, el escogido de Dios.
36 Escarnecían de él también los soldados, llegándose y presentándole vinagre,
37 Y diciendo: Si tú eres el Rey de los Judíos, sálvate á ti mismo.
38 Y había también sobre él un título escrito con letras griegas, y latinas, y hebraicas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDIOS.
39 Y uno de los malhechores que estaban colgados, le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate á ti mismo y á nosotros.
40 Y respondiendo el otro, reprendióle, diciendo: ¿Ni aun tú temes á Dios, estando en la misma condenación?
41 Y nosotros, á la verdad, justamente padecemos; porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos: mas éste ningún mal hizo.
42 Y dijo á Jesús: Acuérdate de mí cuando vinieres á tu reino.
San Lucas 23 in Santa Biblia — Reina Valera 1909

Lucas 23:3-42 in Versión Biblia Libre

3 “¿Eres tú el Rey de los judíos?” le preguntó Pilato. “Tú lo has dicho,” respondió Jesús.
4 Entonces Pilato le dijo a los jefes de los sacerdotes y a las multitudes: “Yo no encuentro a este hombre culpable de ningún crimen.”
5 Pero ellos insistieron, diciendo: “Está incitando una rebelión por toda Judea con sus enseñanzas, desde Galilea hasta aquí en Jerusalén.”
6 Cuando escuchó esto, Pilato preguntó: “¿Es galileo este hombre?”
7 Cuando descubrió que Jesús venía de la jurisdicción de Herodes, lo envió donde Herodes, quien también estaba en Jerusalén en ese momento.
8 Herodes estaba complacido de ver a Jesús pues hacía mucho tiempo había querido conocerlo. Había oído de él y esperaba verlo hacer algún milagro.
9 Entonces le hizo muchas preguntas a Jesús, pero Jesús no respondió nada en absoluto.
10 Los jefes de los sacerdotes y los maestros religiosos estaban allí, acusándolo con rabia.
11 Herodes y sus soldados trataron a Jesús con menosprecio y se burlaban de él. Colocaron una túnica real sobre él y lo enviaron de vuelta donde Pilato.
12 Desde ese día Herodes y Pilato se volvieron amigos, pues antes de ese día habían sido enemigos.
13 Pilato reunió a los jefes de los sacerdotes, a los líderes y al pueblo,
14 y les dijo: “Ustedes trajeron a este hombre delante de mí, acusándolo de incitar al pueblo a la rebelión. Lo he examinado cuidadosamente delante de ustedes, y no lo encuentro culpable de los cargos que ustedes han presentado contra él.
15 Ni siquiera Herodes, pues lo envió de vuelta a nosotros. Él no ha hecho nada que requiera su muerte.
16 Así que lo mandaré a azotar y luego lo dejaré en libertad.”
18 Pero ellos gritaron todos a la vez: “Mata a este hombre, y suéltanos a Barrabás.”
19 (Barrabás había sido encarcelado por haber tenido parte en una rebelión en la ciudad, y por asesinato).
20 Pilato quería soltar a Jesús, así que habló con ellos de nuevo.
21 Pero ellos seguían gritando: “¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!”
22 Pilato les preguntó por tercera vez: “¿Por qué? ¿Qué crimen ha cometido él? No encuentro ninguna razón para ejecutarlo. Así que lo mandaré a azotar y luego lo dejaré en libertad.”
23 Pero ellos insistieron con gritos, exigiendo que fuera crucificado. Sus gritos surtieron efecto,
24 y Pilato dio la sentencia que ellos exigían.
25 Entonces liberó al hombre que estaba encarcelado por rebelión y asesinato, pero mandó a matar a Jesús conforme a las exigencias de ellos.
26 Mientras los soldados se lo llevaban, agarraron a un hombre llamado Simón, de Cirene, quien venía del campo. Pusieron la cruz sobre él y lo hicieron cargarla detrás de Jesús.
27 Una gran multitud lo seguía, junto con las mujeres que se lamentaban y lloraban por él.
28 Jesús se dio vuelta hacia ellas y les dijo: “Hijas de Jerusalén, no lloren por mí. Lloren por ustedes mismas y sus hijos.
29 Porque viene el tiempo cuando dirán: ‘Felices las que no tiene hijos, y las que nunca tuvieron bebés, y las que nunca amamantaron.’
30 Y dirán a las montañas: ‘Caigan sobre nosotros,’ y a las colinas, ‘entiérrennos.’
31 Porque si hacen esto con el árbol que está verde, ¿qué sucederá cuando el árbol esté seco?”
32 Y también llevaron a otros dos que eran criminales para ejecutarlos con él.
33 Cuando llegaron al lugar llamado la Calavera, lo crucificaron junto con los criminales, uno a su derecha y el otro a su izquierda.
34 Luego Jesús dijo: “Padre, por favor, perdónalos porque no saben lo que hacen.” Y ellos dividieron su ropa, lanzando el dado sobre ella.
35 La gente estaba allí y miraba, y los líderes se burlaban de Jesús: “Salvó a otros, entonces que se salve a sí mismo si es realmente el Mesías de Dios, el Escogido,” decían.
36 Los soldados también se burlaban de él, viniendo a ofrecerle vinagre de vino, y diciendo:
37 “Si eres el Rey de los judíos, entonces sálvate a ti mismo.”
38 Y sobre Jesús había un cartel sobre el cual estaba escrito: “Este es el Rey de los Judíos.”
39 Uno de los criminales que estaba colgado allí se unió a sus insultos. “¿No eres tú el Mesías?” le dijo. “¡Entonces sálvate a ti mismo, y a nosotros también!”
40 Pero el otro criminal no estaba de acuerdo y discutía con él: “¿No respetas a Dios ni siquiera cuando estás sufriendo el mismo castigo?” le preguntó.
41 “Para nosotros esta sentencia es justa porque estamos siendo castigados por lo que hicimos, pero este hombre no hizo nada malo.”
42 Entonces dijo: “Jesús, por favor, acuérdate de mí cuando entres a tu reino.”
Lucas 23 in Versión Biblia Libre