3 Cuando mis enemigos se vuelvan atrás, cayeron y murieron delante de ti.
4 Porque diste aprobación a mi derecho y a mi causa; estás sentado en tu trono juzgando con justicia.
5 ¡Tú has reprendido a las naciones, has enviado destrucción a los pecadores, has puesto fin a su nombre para siempre!
6 Los impíos han muerto; Has entregado sus ciudades a la destrucción; el recuerdo de ellas pereció con ellos.
7 Pero el Señor es Rey para siempre; él ha preparado su trono para el juicio.
8 Y él será el juez del mundo en justicia, dando sentencia justa a los pueblos.
9 El Señor será una torre alta para los oprimidos, un refugio en tiempos de angustia;
10 Y los que tienen conocimiento de tu nombre pondrán su fe en ti; porque tú, Señor, no desamparas a aquellos que te buscan.
11 Canten canciones de alabanza al Señor, que habita en Sión; anuncien entre los pueblos sus obras.
12 Porque él que demanda la sangre se acordó de ellos, los tiene en su memoria: se acuerda de los afligidos y no olvida el clamor de los afligidos.
13 Ten misericordia de mí, oh Jehová, y mira cómo me turbaron mis enemigos; sácame de las puertas de la muerte;
14 Para que yo cuente todas tus alabanzas en la casa de la hija de Sion; me alegraré por tu salvación.