3 Tú dijiste, “He llegado a un acuerdo con mi elegido, le di una promesa de unión a mi siervo David:
4 Me aseguraré que tu linaje perdure por siempre; mantendré tu trono seguro a través de todas las generaciones.” Selah.
5 Señor, todos los seres celestiales cantarán de las maravillosas cosas que has hecho; los ángeles se unirán para cantar de tu fidelidad.
6 Porque, ¿Quién en el cielo se puede comparar al Señor? ¿Quién es como el Señor incluso entre los ángeles?
7 La asamblea celestial teme a Dios; todos los que lo rodean son abrumados por su presencia.
8 Señor, Dios todo poderoso, ¿Quién es tan poderoso como tú? En todo esto, Señor, tú eres digno de confianza.
9 Tú gobiernas sobre los mares embravecidos; tú calmas sus olas tormentosas.
10 Aplastaste a Rahab (el mostruo marino) hasta la muerte; dispersaste a tus enemigos con tu poder.
11 Los cielos te pertenecen, y la tierra también; tú hiciste el mundo, y todo lo que en él está.
12 Creaste el norte y el sur; el Monte Tabor y el Monte Hermón te celebran.
13 Tu brazo es poderoso. Tu mano es fuerte. Tu diestra se mantiene en alto al mando.
14 Tu carácter de bondad y equidad son la base de tu gobierno; el amor y la confianza están siempre contigo.
15 Cuán felices son aquellos que saben cómo gritar tus alabanzas, Señor. Porque ellos viven en la luz de tu presencia.
16 Te celebran de día y de noche, se alegran tanto de que hagas lo que es correcto.
17 Ellos confían a ti su gloria y sus fuerzas; levántanos por tu poder.
18 Sí, el Señor es el único que nos protege, y nuestro rey pertenece al santo de Israel.
19 Una vez hablaste en una visión a tu siervo fiel y dijiste: “Le he dado fuerza al guerrero que he escogido de entre el pueblo para convertirlo en rey.
20 He escogido a David, mi siervo, y lo he ungido con el aceite de mi santidad.
21 He puesto mi mano sobre él para reafirmarlo; y lo he hecho fuerte con mi brazo poderoso.
22 Sus enemigos no lo destruirán; los malvados no lo harán caer al suelo.