19 Dijeron palabras crueles contra Dios, diciendo: ¿Puede Dios preparar una mesa en el desierto?
20 Mira, la roca fue cortada por su poder, por lo que el agua salió corriendo, y arroyos desbordantes; ¿él puede darnos pan? ¿es capaz de obtener carne para su gente?
21 Así que estas cosas vinieron a oídos del Señor, y él se enojó; y se encendió un fuego contra Jacob, y vino la ira contra Israel;
22 Porque no tenían fe en Dios, ni esperanza en su salvación.
23 Y dio órdenes a las nubes en lo alto, y las puertas del cielo estaban abiertas;
24 Y envió como lluvia de maná, y les dio el grano del cielo.
25 El hombre tomó parte en el alimento de los ángeles; les envió carne en toda su medida.
26 Envió un viento del este del cielo, impulsando el viento del sur con su poder.
27 Envió carne sobre ellos como el polvo, y aves emplumadas como la arena del mar,
28 Y él dejó que baje a su lugar de descanso, alrededor de sus tiendas.
29 Así que tenían comida y estaban llenos; porque él les dio su deseo;
30 Pero no se apartaron de sus deseos; y mientras la comida todavía estaba en sus bocas,
31 Vino sobre ellos la ira de Dios, y mató a los más robustos, y acabó con los jóvenes de Israel.
32 Por todo esto siguieron pecando aún más, y no tuvieron fe en sus grandes maravillas.
33 Así que sus días fueron desperdiciados como un aliento, y sus años en problemas.
34 Cuando les mandó la muerte, lo buscaron; entonces se volvían a él buscándolo con cuidado;
35 Entonces se acordaban que Dios era su Roca, y el Dios Altísimo su salvador.