7 Luego prendieron fuego a tu Templo, reduciéndolo a cenizas. Profanaron tu casa, el lugar que lleva tu nombre.
8 Dijeron para sí mismos: “¡Destruyámoslo todo!” Así que quemaron cada uno de los lugares de adoración a Dios en la tierra.
9 Ya no vemos ninguna de tus señales. No ha quedado ni un profeta, y ninguno entre nosotros sabe hasta cuándo durará esto.
10 ¿Hasta cuándo, Dios, te ridiculizará el enemigo? ¿Van a insultar tu nombre para siempre?
11 ¿Por qué te abstienes de actuar? ¡Actúa ahora y destrúyelos!
12 Pero tu, Dios, eres nuestro rey desde hace mucho tiempo. Nos has salvado muchas veces en esta tierra.
13 Tu fuiste aquél que dividió el mar con tu poder, y rompiste las cabezas de los monstruos marinos.