9 Ponen en el cielo su boca, y su lengua pasea la tierra.
10 Por eso su pueblo vuelve aquí, y aguas de lleno les son exprimidas.
11 Y dicen: ¿Cómo sabe Dios? ¿y hay conocimiento en lo alto?
12 He aquí estos impíos, sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas.
13 Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, y lavado mis manos en inocencia;
14 Pues he sido azotado todo el día, y empezaba mi castigo por las mañanas.
15 Si dijera yo, Discurriré de esa suerte; he aquí habría negado la nación de tus hijos:
16 Pensaré pues para saber esto: es á mis ojos duro trabajo,
17 Hasta que venido al santuario de Dios, entenderé la postrimería de ellos.