3 Que las montañas den paz al pueblo y las colinas justicia.
4 Que él sea un juez de los pobres entre la gente, que pueda dar la salvación a los hijos de los necesitados; por él, deja que los violentos sean aplastados.
5 Que su vida continúe tanto como el sol y la luna, a través de todas las generaciones.
6 Que descienda como la lluvia sobre la hierba cortada; como lluvias que riegan la tierra.
7 En sus días, a los rectos les irá bien, viviendo en paz mientras haya luna en el cielo.
8 Sea su reino de mar a mar, desde el río hasta los confines de la tierra.
9 Que los que están contra él desciendan delante de él; y que sus enemigos estén bajos en el polvo.
10 Vuelvan los reyes de Tarsis y de las islas con ofrendas; que los reyes de Saba y Seba entreguen sus dones.
11 Sí, que todos los reyes caigan delante de él; que todas las naciones sean sus siervos.
12 Porque él será un salvador para los pobres en respuesta a su clamor; y al que está en necesidad, sin un ayudante.
13 El tendrá misericordia de los pobres, y será el salvador de los necesitados.
14 Él mantendrá sus almas libres de engaños y ataques violentos; y su sangre será de valor en sus ojos.
15 Que tenga vida larga, y que le sea entregado el oro de Saba; que se hagan oraciones por él en todo momento; bendiciones sean sobre él todos los días.
16 Hay campos de trigo que se extienden por la tierra, que tiemblan en la cima de las montañas, llenos de frutos como el Líbano; que sus tallos sean innumerables como la hierba de la tierra.
17 Que su nombre continúe para siempre, mientras el sol: que los hombres se bendigan por él; que todas las naciones bendigan su nombre.
18 Alabado sea el Señor Dios, el Dios de Israel, el único que hace maravillas.