7 Porque por tu causa he soportado insultos y mi rostro refleja mi vergüenza.
8 Me he convertido en un extranjero entre mis hermanos, los Israelitas. Un forastero para mis propios hermanos.
9 Mi devoción por tu casa me consume por dentro. Me tomo a pecho los insultos de quienes te maldicen.
10 Lloré e hice ayuno, pero se burlaron de mi.
11 Gemí cubierto en cilicio, pero se burlaron de mi.
12 Las personas sentadas en las puertas de la cuidad inventan rumores sobre mi. Soy el objeto de burla de las canciones que cantan los borrachos.
13 Pero mi oración eres tú, oh Señor, y creo que este es un buen momento para escuchar tu respuesta. Oh Dios, en tu fidelidad y amor, respóndeme con la seguridad de tu salvación.
14 Por favor, rescátame del lodo, ¡no me dejes hundir! Sálvame de los que me odian y de hundirme en las aguas profundas.
15 No permitas que las aguas me cubran por completo. No dejes que las aguas profundas me ahoguen. No dejes que la tumba se apodere de mi.
16 Por favor, responde mis oraciones, oh, Señor, porque eres bueno y me amas con fidelidad y amor. Por tu bondad, por favor, ayúdame.
17 No huyas de mi, porque soy tu siervo. Por favor, respóndeme con prontitud porque estoy en problemas.
18 Ven aquí y rescátame. Libérame de mis enemigos.
19 Tú conoces mi vergüenza, mi desgracia y humillación. Sabes bien lo que mis enemigos me hacen.