6 Volveránse á la tarde, ladrarán como perros, y rodearán la ciudad.
7 He aquí proferirán con su boca; cuchillos están en sus labios, porque dicen: ¿Quién oye?
8 Mas tú, Jehová, te reirás de ellos, te burlarás de todas las gentes.
9 De su fuerza esperaré yo en ti: porque Dios es mi defensa.
10 El Dios de mi misericordia me prevendrá: Dios me hará ver en mis enemigos mi deseo.
11 No los matarás, porque mi pueblo no se olvide: hazlos vagar con tu fortaleza; y abátelos, oh Jehová, escudo nuestro,
12 Por el pecado de su boca, por la palabra de sus labios; y sean presos por su soberbia, y por la maldición y mentira que profieren.
13 Acábalos con furor, acábalos, y no sean: y sepan que Dios domina en Jacob hasta los fines de la tierra. (Selah.)
14 Vuelvan pues á la tarde, y ladren como perros, y rodeen la ciudad.
15 Anden ellos errantes para hallar qué comer: y si no se saciaren, murmuren.
16 Yo empero cantaré tu fortaleza, y loaré de mañana tu misericordia: porque has sido mi amparo y refugio en el día de mi angustia.